La vuelta de las vacaciones siempre se ha identificado con la vuelta a la rutina, las obligaciones, los horarios, planificaciones y mil tareas. Para algunas personas esa vuelta es un momento de inicio de ciclo, en el que comenzamos con nuevas ideas, ilusiones de proyectos nuevos, reencuentros sociales.

Sin embargo, para otras personas volver se hace cuesta arriba y el solo hecho de pensar en horarios, las prisas, planificaciones etc. Provoca que experimenten un rechazo que provoca lo que se conoce con el nombre de depresión Post vacacional.

 

Además, en la actualidad debemos añadir que la vuelta a la rutina nos está creando un gran desasosiego por la situación actual ya que en algunos aspectos  tenemos muchas incertidumbres. Esto, nos puede provocar desasosiego, irritabilidad, desanimo, apatía e incluso problemas en nuestro patrón del sueño generando el síndrome post vacacional.

 

Para gestionar con mayor facilidad el impacto emocional que implica el regreso a la rutina, es conveniente realizar una adaptación lo más progresiva posible.

 

  • Regresar a casa unos dias antes de comenzar la rutina para ir habituándonos al entorno.
  • Regular el horario con antelación antes de volver a los madrugones
  • Algo muy importante es recuperar los hábitos alimentarios y nuestro ejercicio físico pero de manera paulatina, disfrutando de los cambios.
  • Planifica las tareas sin sobrecargarnos de trabajo, ya que esto aumentaría la sensación de ansiedad.
  • Regulariza la agenda con prioridades mediante listas
  • Acepta las emociones que nos toca vivir. Aunque no nos gusta sentirnos tristes, con angustia o rabia, estas emociones son una respuesta de nuestro organismo. Lo importante es canalizarlos y saber superarlos.