A comienzos de los años 90 empezaron a surgir las conocidas como páginas webs pro-ana y pro-mía, abreviaturas de webs pro-anorexia y pro-bulimia. En estas webs se exponían trucos, tips y recomendaciones para perder peso de forma rápida y muy extrema.

Las redes sociales han generado un cambio en el uso de internet a nivel comunitario. Se calcula que más del 85% de los usuarios de internet utilizan redes sociales. Podemos encontrar redes sociales orientadas a la vida laboral como Linkedin, así como otras más relacionadas con el ocio como Facebook, Youtube, Instagram…

En las redes sociales, concretamente en las de carácter visual, estamos sobreexpuestos a un ideal estético delgado. La exposición a este ideal estético que encontramos en internet y redes sociales es directamente proporcional a la evaluación negativa del cuerpo. Esta insatisfacción corporal es un factor de riesgo y uno de los síntomas clave de los trastornos alimentarios.

En el año 2012, algunas plataformas como Pinterest, Tumblr y el propio Instagram comenzaron a vetar el contenido que hace apología de los TCA dado el peligro que supone en las redes sociales mediante filtros de los hashtags más empleados. No obstante, la comunidad pro-TCA adaptó el lenguaje para seguir publicando en las redes sociales. Esta comunidad habla de estos trastornos como un estilo de vida, pero en el fondo de los mensajes se puede observar un profundo sufrimiento.

La sensación de soledad y de no ser comprendidos por su entorno son características muy frecuentes en las personas que padecen un TCA. Este es un motivo por el cual muchas personas afectadas buscan ese vínculo y comprensión en internet.

Las redes sociales son capaces de hacer mucho ruido dentro de nosotros. Si se vuelve obsesivo y repetitivo puede llegar a provocar un malestar significativo en la persona que afecta a la vida diaria: sensación de agobio o soledad, frustración…

Debemos vigilar varios aspectos del contenido que seguimos en redes sociales:

  • Las cuentas donde solo se publica sobre “alimentación saludable”, “realfood”, “comida limpia”… pueden alterar elpatrón alimentario hacia una forma más restrictiva o más compulsiva.
  • Las cuentas de personas influyentes con muchos seguidores donde se promueve la delgadez pueden generar insatisfacción corporal.
  • Las cuentas sobre ejercicio físico pueden generar obsesión por ejercicio y malestar si no se cumple a ese nivel o con esa misma intensidad.

Para evitar este tipo de cosas debemos preguntarnos si seguimos a las personas adecuadas en redes sociales. Cada vez existen más “influencers” que dan consejos de todo tipo sin formación ni actualización en la mayoría de casos. Tenemos que tener muy claro que una persona que tenga muchos seguidores o muchos likes en su cuenta no le convierte en una recomendación de salud fiable.

Por último, vamos a dejar algunos consejos para evitar utilizar las redes sociales de una forma perjudicial:

  1. Sigue solo a las cuentas que te ayuden a tener unos hábitos de vida saludables, sin obsesiones, restricciones ni rigidez..
  2. Ten claro que no todo lo que se muestra en las redes sociales es real (filtros, edición, posturas…). No tienes que ser perfecta en tus redes sociales, tienes que ser feliz con ellas.
  3. Utiliza las redes sociales para seguir cuentas de distintos temas, no sólo de nutrición, ejercicio, moda. Diversifica!!!!
  4. No tienes que parecerte a nadie que encuentres por internet.
  5. No te fijes tanto en tu pose y da más importancia a mostrar tu formación, tus intereses, tus hobbies… es lo que realmente importa.
  6. Revisa la formación de la persona que da consejos de salud en redes sociales. No permitas que un influencer sin estudios ni capacitación te genere más un problema que una solución.