¿Qué es el hambre emocional?
Es un tipo de hambre que surge por problemas personales que no sabemos gestionar o solucionar de forma adecuada de tipo anímico o emocional. Puede ocurrir cuando sentimos ansiedad, tristeza, estrés, miedo, aburrimiento… Realmente no se siente hambre, pero surge la necesidad de comer de forma impulsiva, generalmente alimentos no considerados de los más saludables.
¿Qué hacer ante el hambre emocional?
Existen varios tips o consejos que pueden ayudar a controlar este tipo de hambre.
- Realiza ejercicio físico: nos ayuda a reducir la ansiedad y sentirnos más activos.
- Come alimentos con alto poder saciante: las frutas y las verduras son alimentos bastante saciantes que pueden hacer que se reduzca la sensación de hambre. Son estos los alimentos por los que deberíamos decantarnos en caso de tener unas ganas descontroladas de comer.
- Menú planificado semanal: tener planificada la semana nos puede ayudar a controlar los ataques de hambre ya que sabemos qué vamos a comer y a qué hora. Además, es una forma de mantenernos correctamente alimentados y no realizar elecciones rápidas de peor calidad.
- Realizar una buena compra: lo más efectivo para evitar caer en la tentación de consumir alimentos azucarados, dulces y bollería industrial procesada es no tenerlos en casa.
- Aprende a identificar tus sensaciones de hambre y saciedad: antes, durante, después y entre ingestas. Dedícate unos minutos a conectar con tus sensaciones, a escuchar a tu cuerpo y así sabrás si realmente se trata de un hambre fisiológica o física, o bien de un hambre emocional.
- Alimentación consciente: de la misma forma que el consejo anterior, debemos intentar comer atendiendo a nuestras sensaciones corporales. Comer con tranquilidad, saboreando los alimentos, utilizando los 5 sentidos. Esto nos ayudará también a aprender a conocer lo que nuestro cuerpo nos dice.
- Duerme suficiente: el descanso es fundamental en todos los aspectos. Si tenemos un buen descanso vamos a estar más activos y más positivos a lo largo del día. De esta forma evitamos algunos de los problemas que pueden desencadenar hambre emocional como pueden ser: cansancio, emociones negativas que surgen del mal descanso…
- Y por último, distráete: si a pesar de todo lo anterior sigue apareciendo el hambre emocional intenta distraerte en esos momentos. Llama a un familiar o amigo, sal a dar un paseo, bebe agua, juega con tu mascota, lee un libro, escucha tu canción favorita… Al fin y al cabo no es un hambre fisiológica y si comenzamos otra actividad y dejamos de pensar en ello es más fácil que se nos olvide.
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