Antes de entrar en esas 5 claves de las que habla el título, vamos a aterrizar algunos conceptos básicos…

¿Qué son las emociones?

Las emociones son reacciones, en su mayoría fisiológicas, ante estímulos externos que alteran de alguna manera nuestra homeostasis o equilibrio interno. Estos cambios en la homeostasis necesitan emplear recursos para reestablecer el equilibrio, y aquí es donde entran en juego las emociones.

Existen las 5 emociones básicas (alegría, tristeza, miedo, ira, sorpresa) que son “primitivas”, es decir, las tenemos incluso antes que nuestra capacidad de reflexionar. Además, son universales y tienen una función adaptativa. Nos ayudan a avanzar, como persona individual y como especie.

¿Son lo mismo una emoción y un sentimiento?

Muchas veces hablamos de estos términos de forma indistinta y es común que los confundamos.

  • La emoción implica una reacción fisiológica como veíamos, que puede ser breve e intensa; y ocurre antes del pensamiento, sin necesidad de reflexión.
  • El sentimiento es la interpretación que le damos a esa emoción, es decir, va ligado al pensamiento y se produce de manera secundaria. Es menos intenso, pero más duradero. Nos permite responder en lugar de reaccionar.

 

Y ahora bien… ¿Qué es la gestión emocional? ¿Y la inteligencia emocional?

La inteligencia emocional es la capacidad de adaptarnos al medio en el que estamos, y como comentábamos las emociones juegan un papel muy importante. Estas no son negativas o positivas, sino son agradables o desagradables. Todas son positivas porque todas nos ayudan a adaptarnos y sobrevivir.

En muchas ocasiones tratamos de desconectar de las emociones desagradables, porque es lo que se nos enseña desde la infancia. Tratamos de evitar sentir estas emociones que también son necesarias y nos desconectamos.

Para conseguir una buena inteligencia emocional es importante practicar la gestión emocional. Es algo que conlleva trabajo y que no nos asegura que siempre gestionemos nuestras emociones de la mejor manera porque somos humanos, por lo que también es importante permitirte sentir frustración de vez en cuando.

En el próximo blog os daremos algunas claves para alcanzar una buena gestión emocional. ¡Os esperamos por el Blog!