Mito 1: “Las personas que lo sufren son extremadamente delgadas”

Las personas con un trastorno alimentario pueden estar en cualquier franja de peso: infrapeso, normopeso o sobrepeso.

Por ejemplo, en el caso de la bulimia nerviosa es muy común que la persona se encuentre en normopeso. Si juntamos esta característica con la ocultación de sus conductas alteradas puede dar la impresión de que la persona tenga una relación normal con la comida.

Además, es importante saber que el peso de una persona no determina la existencia de un trastorno alimentario. Una persona con un IMC muy bajo o muy alto puede o no presentar un TCA. Todo dependerá de la existencia de otros síntomas.

En definitiva, el peso no es la única señal de alarma de la presencia de un TCA.

 

Mito 2: “Las personas con TCA eligen padecer dicho trastorno”

Hay muchos factores que pueden hacer que una persona tenga más predisposición a desarrollar un TCA. Estos trastornos son enfermedades mentales que nadie elige padecer.

Muchas veces escuchamos la frase “lo hace para llamar la atención de los padres” o “lo que busca es que le hagan caso en casa”. Debemos tener claro que la familia no es culpable de esta enfermedad. De hecho, en el tratamiento son un gran aliado del equipo terapéutico de cara a la curación.

El TCA no es una enfermedad de voluntad, sino de ser capaz o no de realizar las conductas adecuadas.

 

Mito 3: “Los TCA sólo afectan a las mujeres”

A pesar de que los TCA tienen una prevalencia mayor en mujeres y en la etapa adolescente, pueden afectar a todo tipo de personas. Por la mayor prevalencia se suele hablar de los pacientes con trastornos alimentarios en femenino, pudiendo aumentar de esta forma el estigma de los hombres con TCA retrasando su búsqueda de tratamiento e interfiriendo en su conciencia de enfermedad.

Tenemos que ser conscientes de que pueden padecer un TCA personas de ambos sexos, a diferentes edades, con diferentes pesos y cuerpos, y con distintas clases sociales y niveles socioeconómicos.

 

Mito 4: “Los TCA son crónicos, es imposible recuperarse de ellos”

Hay que tener en cuenta el peligro que entrañan estos trastornos ya que ponen en riesgo la salud física y mental de la persona. En algunos casos se dan complicaciones médicas graves e incluso autolesiones e intentos de suicidio.

La recuperación es posible y, cuanto antes sea el diagnóstico y tratamiento con un equipo multidisciplinar especializado, mayor probabilidad de curación encontraremos.

Si hablamos de porcentajes, en el 60% de los TCA se produce una recuperación total, el 30% de los casos evolucionan a un cuadro crónico.

Pero los casos crónicos también se pueden y se deben tratar, para mejorar la calidad de vida.

 

Mito 5: “Si no vomita, no está teniendo comportamientos compensatorios”

La presencia de vómitos autoprovocados es un comportamiento compensatorio de algunos TCA, pero no el único. También lo son el ejercicio físico excesivo y compulsivo, el uso de laxantes y/o diuréticos, el ayuno…

En cualquier caso, existen algunos TCA donde pueden no aparecer estos comportamientos y no por ello son menos importantes. Todos los TCA van acompañados de inmenso malestar y pueden comprometes la salud de la persona, tengan o no estos comportamientos compensatorios.