Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), como bien sabemos, son patologías complejas que requieren un enfoque terapéutico multidisciplinario y ajustado a las necesidades específicas de cada paciente. En este sentido, existe una modalidad de tratamiento intensivo en hospital de día que se ha consolidado como una opción efectiva, especialmente cuando se busca una intervención menos restrictiva que la hospitalización completa, pero con mayor intervención y contención que el tratamiento ambulatorio.

 

El hospital de día es un modelo terapéutico donde los pacientes reciben tratamiento durante el día, pero pueden regresar a su casa por la noche. Este tipo de tratamiento es adecuado para pacientes que no requieren una hospitalización completa, pero que sí necesitan apoyo intensivo para abordar los aspectos emocionales, psicológicos, físicos y sintomáticos de su trastorno

 

Esta modalidad de tratamiento presenta múltiples ventajas, como:

  1. Facilitación de la transición entre el ingreso y el tratamiento ambulatorio: Una de las grandes ventajas de este enfoque es que facilita la transición de los pacientes desde el ingreso hospitalario a un tratamiento ambulatorio, sin perder los beneficios obtenidos en una fase más intensa del tratamiento. Este modelo permite reducir la sensación de desconexión y la desesperanza que, a veces, los pacientes experimentan al salir de un tratamiento más intensivo.
  2. Reducción de la regresión y dependencia: A diferencia de la hospitalización tradicional, el hospital de día permite que los pacientes afronten situaciones cotidianas, como las relaciones interpersonales y la toma de decisiones, en un entorno controlado y supervisado. Esto ayuda a las personas con TCA a empezar a manejarse en su vida diaria, contribuyendo a una mayor autonomía y normalización de la conducta alimentaria.
  3. Rehabilitación nutricional: En el hospital de día, la rehabilitación nutricional juega un papel importante. Los pacientes siguen un plan de alimentación estructurado de acuerdo a las recomendaciones médicas y nutricionales. Este enfoque también aborda los rituales alimentarios patológicos a través de la supervisión constante y estrategias de afrontamiento adaptadas.
  4. Trabajo grupal: El tratamiento en grupo es otro de los pilares del hospital de día. El trabajo en grupo no solo permite a los pacientes compartir experiencias, sino que también ofrece el apoyo de sus compañeros para afrontar las distintas dificultades que pueden surgir en el día a día. En estos grupos, los pacientes aprenden a expresar sus sentimientos, identificar conductas disfuncionales y recibir retroalimentación constructiva, lo cual es esencial para su recuperación.

 

En Citema, el tratamiento en hospital de día está diseñado para ofrecer una intervención integral y adaptada a las necesidades individuales de cada paciente. El equipo multidisciplinario, que incluye psicólogos, psiquiatras, nutricionista, logopeda y terapeuta ocupacional, trabaja de manera coordinada para asegurar que los pacientes reciban el mejor tratamiento posible. Además, se fomenta el apoyo familiar y social, ofreciendo recursos y orientación para crear un entorno de apoyo fuera del tratamiento.

 

El hospital de día es, por lo tanto, una opción efectiva para quienes necesitan un tratamiento intensivo, pero con la posibilidad de mantener una vida más estructurada fuera del entorno hospitalario. Sin duda, este modelo tiene un impacto positivo en la recuperación de las personas con TCA al combinar la intensidad de la intervención con la oportunidad de aplicar los aprendizajes en la vida cotidiana.