La gordofobia es el odio o rechazo que sufren las personas que tienen obesidad. Es una discriminación hacia aquellas personas que presentan un peso corporal elevado, realizando un cuestionamiento sobre su físico y sobre los motivos que le han llevado a tener esta condición (falta de voluntad, apetencia…).

Esta discriminación la podemos encontrar en muchos ámbitos diferentes: en las aulas con el conocido bullying escolar, en las calles, en las consultas médicas, en el ámbito laboral, en las relaciones interpersonales, en los deportes, en las tiendas de ropa…

La gordofobia puede generar aislamiento de las personas que lo sufren por la cantidad de inseguridades que se generan. Además, puede acarrear problemas de índole psicológico que tienen grandes repercusiones en la salud de las personas a largo plazo.

Proponemos algunas medidas para adoptar en nuestro día a día y conseguir ir frenando la gordofobia entre todos:

  1. Señalar las burlas y los chistes gordófobos en las aulas. Es necesario censurar estos comentarios y hacer comprender a los más pequeños que la gordofobia no es un juego, es discriminación.
  2. Visibilizar la diversidad corporal. Las personas necesitamos sentirnos incluidos e identificados con lo que vemos a nuestro alrededor. No visibilizar cuerpos grandes en medios publicitarios solo ofrece un mensaje contrario y doloroso para las personas que sufren sobrepeso u obesidad.
  3. No comentar los cuerpos ajenos. No sabemos que tiene en la mochila la persona que tenemos delante ni qué daño podemos causarle con un comentario.
  4. Decir adiós a la cultura de la dieta. Debemos fomentar una relación saludable con la alimentación y el propio cuerpo desde el autocuidado, el amor y el respecto hacia nosotros.
  5. Dejar de utilizar las palabras gordo/a como insultos. Las cualidades físicas no deben ser empleadas como insultos. Ni alto, ni bajo, ni gordo, ni flaco, ni rubio, ni moreno…
  6. Hablar de salud desde una visión más integral. La báscula no nos informa del estado de salud de nadie. La salud se conforma de muchas otras cosas, y abordarla desde un punto más holístico es primordial.

En definitiva, la gordofobia es una discriminación que afecta mucho a las personas que lo sufren, tanto en su autoestima como en sus emociones. Todas las personas merecen respeto y vivir una vida libre de violencia más allá de su cuerpo, de su peso, de sus capacidades, de su salud… Todos tenemos que hacer un esfuerzo para frenar esta discriminación y construir un mundo inclusivo, aceptando las distintas formas corporales, de cuidado, de amor, de salud…