En ocasiones nos sorprendemos hablando con nosotros mismos e incluso para reafirmarnos en una idea, soltamos alguna frase en voz alta. Esta situación nos puede avergonzar y nos preguntamos si será algo normal, y le pasará lo mismo a otras personas. Estamos acostumbrados a pensar que el lenguaje debe usarse para comunicarse con otra persona y que hacerlo con uno mismo es innecesario. Sin embargo, es una práctica habitual y muy extendida.

Lo normal es que las conversaciones que mantenemos con nosotros mismos no se verbalicen, son solo mentales y tratan sobre nuestros pensamientos y emociones, lo que nos ha pasado, etc. la función de estas conversaciones internas es la de organizar nuestros esquemas mentales, evaluar hechos, entender nuestro mundo emocional.
Si prestamos atención a nuestro yo interior nos daremos cuenta que el lenguaje es en su mayoría negativo. Pensamientos de culpa, rechazo y desvalorización. Un juez interno muy crítico que basa sus juicios en altos niveles de perfeccionamiento, autoexigencia y altos estándares personales que hacen que nuestra autoestima quede en un nivel muy bajo.
Siempre hablamos de la manera de hablar a los demás, de ser asertivo, pero dejamos de un lado el cómo nos hablamos a nosotros mismos. algunas técnicas que te ayudaran a mejorar la relación contigo mismo seria:

– Ser asertivo es una habilidad que podemos aplicarnos a nosotros mismos. hablarnos de manera amable, respetuosa.

– El respeto es la base de toda relación, y por supuesto el autorespeto es fundamental.

– Darte sugerencias y preferencias en vez de órdenes. cambia “el tengo que” o “debería” por “hoy voy a intentar” o “me gustaria..”
– Hacer criticas constructivas de tus actos, intentando aprender y buscar soluciones.
– Centrarnos en el hecho concreto sin etiquetas como soy un desastre, poder decirnos “esto no me ha salido bien, puedo mejorar”
– Felicitarnos y darnos ánimos, ya que es muy gratificante, el autorrefuerzo es la base de nuestra autoestima.