En inglés se utiliza el término Fear Foods para referirse a un grupo de alimentos a los que ciertas personas le tienen miedo a consumir. En la consulta, tanto de psicología como de nutrición, es frecuente escuchar a lxs pacientes explicar como le tienen miedo a ciertos alimentos, sobre todo a aquellos que tienen una carga energética más alta, o que incluyen grasas o azúcares en su composición; pero también puede ser a otros alimentos considerados como saludables. Hay veces que este miedo se produce por un alimento en concreto, pero otras veces es sobre un grupo más amplio como pueden ser los hidratos de carbono, las grasas…

La exposición a esos alimentos a los que se teme puede ser un disparador de mucha ansiedad, ya sea al consumirlos en alguna ocasión o incluso simplemente al entrar a un restaurante y percibir su aroma.

Para protegerse de dicha angustia, las personas afectadas por un TCA pueden activar ciertos mecanismos de defensa como pueden ser prohibirse tajantemente esos alimentos, evitar acudir a situaciones donde pueden entrar en contacto con ellos y restringir demasiado su alimentación para evitar caer en la tentación. Esa sensación de control ayuda a aliviar la angustia un poco, pudiendo llegar a convertirse en un gran problema cuando el control es tan excesivo que se sigue una dieta muy estricta con listas de alimentos permitidos y no permitidos, sin la posibilidad de ser flexibles.

Esta restricción para tratar de controlar la angustia puede llevar a que lxs pacientes eviten situaciones sociales por el miedo a encontrarse en un contexto donde esos alimentos vayan a estar. Esto puede hacer que se empiece a afectar la calidad de su vida social, familiar, de pareja…

Es importante entender que estos miedos que presentan lxs pacientes con TCA hacia determinados alimentos no son al alimento en sí. La comida es el objeto donde se deposita o proyecta un miedo interno. Estos miedos pueden ser: miedo al rechazo, miedo al fracaso, miedo a no ser suficiente, miedo a no ser capaz, miedo a no pertenecer…

Cuando se pregunta a un paciente sobre el miedo a algún alimento la respuesta suele ser “miedo a engordar” o “miedo a descontrolar”. Entonces, si le preguntamos qué implica para esa persona engordar posiblemente acabemos descubriendo el miedo real. Os ponemos un ejemplo:

  • Paciente: “me da miedo a comer pan porque es un alimento que engorda mucho”.
  • Psicóloga: “esto lo trabajarás con la nutricionista. No obstante, si eso fuera cierto, ¿qué pasaría si engordaras?”.
  • Paciente: “si estoy gorda me rechazarán y estaré sola”.

Por todo esto se hace imprescindible un abordaje multidisciplinar en el tratamiento de los trastornos alimentarios para dotar a lxs pacientes de nuevas estrategias para calmar la ansiedad y reintroducir estos alimentos poco a poco mediante técnicas de exposición. No debemos olvidar que la comida es solo la punta del iceberg de muchas más cosas que se encuentran debajo.