Hoy la sociedad está triste. Es una tristeza que no notamos porque no en ocasiones no se ve, pero está presente en pensamientos y emociones. La ausencia de planes de futuro, la incertidumbre y el cansancio que estamos experimentando ante la situación que nos ha tocado vivir. Esto hace que estemos perdiendo la ilusión por las cosas. Hemos perdido celebraciones, fiestas, viajes, y no sabemos cuando podremos volver realizarlos. La prolongación de este estado anímico puede pasar factura y desarrollarse un trastorno mayor.

Las personas necesitamos estár motivados, tener metas y logros ya que respondemos positivamente ante ellos, aunque estos sean pequeños y rutinarios. Por eso es necesario cultivar nuestra motivación personal para sentirnos bien y de manera positiva.

Vamos a ponernos objetivos pequeños que podamos cumplir. Tener motivaciones a corto y medio plazo, teniendo un equilibrio entre desafiante y alcanzable, nunca debemos proponernos metas imposibles de cumplir. Pequeñas tareas como:

– Leer un libro al mes, o leer 20 minutos diarios.
– Hacer rutina de ejercicio físico dos o tres veces a la semana o salir a caminar 30 minutos al día.
– Dejar el móvil olvidado en una mesa a partir de las 19 horas o no mirar las RRSS por las noches para no alterar el patrón de sueño
– Apuntarte a un curso que siempre has querido aunque sea on line
– Ver esa serie que nunca te has animado a ver y te han recomendado
– Estar informado de las noticias, mediante un solo medio, cuidado con la sobreinformación que genera mucha angustia

Establecer metas a corto plazo nos ayudará a generar sentimientos de autoeficacia que harán que nos podamos plantear motivaciones mayores, otorgando una mayor resistencia frente a la adversidad.