La comunicación es uno de los pilares fundamentales de cualquier relación. Es la manera en la que conectamos, vinculamos, atravesamos desafíos y encontramos compañía con otras personas. A menudo pensamos qué vamos a decir cuando nos planteamos profundizar o mejorar nuestras relaciones, pero rara vez nos planteamos qué vamos a escuchar.

Casi seguro que todos alguna vez hemos sentido que la otra persona estaba tan ocupada pensando en qué iba a responder que no escuchó lo que le estábamos diciendo, o bien nos han interrumpido o hemos percibido que la otra persona estaba distraída mientras le contábamos algo importante. La pregunta que debemos hacernos es: ¿alguna vez hice yo eso mientras conversaba con otras personas? La respuesta probablemente sea sí.

La comunicación es una responsabilidad compartida entre dos partes, y ambas partes son igual de importantes. Escuchar con atención plena puede ayudar a mejorar las relaciones, ya que permite eliminar los obstáculos de la comunicación. Cuando escuchamos con atención plena a nuestra pareja, amigo o familiar, puede existir una mejor comprensión y más compasión y, así, reducir las frustraciones. Y, además, es muy probable que la otra persona nos escuche con más atención a nosotros.

Escuchar puede parecerle algo simple que se hace sin pensar, pero escuchar con atención plena es una habilidad que requiere práctica.

¿CÓMO PRACTICAR LA ESCUCHA CON ATENCIÓN PLENA?:

  • Mente preparada para escuchar: Es fácil y común entrar en una conversación con la mente aún en otra cosa. Para ser un buen oyente, debemos intentar ignorar otros pensamientos y concentrarnos en el momento presente. Si necesitamos respirar profundamente o hacer una breve pausa para pasar de un pensamiento a otro o de una conversación a la siguiente, intentemos darnos ese tiempo.
  • Cuerpo preparado para escuchar: Prestar atención a la postura que adopta nuestro y a cómo posicionamos los brazos, las manos, los ojos y la boca. En la comunicación no verbal, el cuerpo ofrece señales importantes que le indican a la otra persona si le estamos prestando atención. Debemos intentar relajar el cuello y los hombros, respirar de manera constante y mantener una postura corporal suelta y natural. Demostrar a la otra persona que estamos preparado para escucharla.
  • Conciencia emocional para escuchar: Escuchar sin juicios ni preconceptos es especialmente complicado cuando tenemos una conversación difícil en la que puede haber desencadenantes emocionales que desvíen la conversación hacia otra parte. Debemos tomar conciencia de las emociones: identificarlas, elegir dejarlas a un lado y redireccionar nuestra energía a la escucha consciente.

Escuchar con atención plena no quiere decir que tenemos que permanecer en silencio. Quiere decir que en lugar de usar el lenguaje para juzgar, interrumpir, terminar un pensamiento o aconsejar, debemos usarlo para ayudar a la otra persona a explorar de lleno cómo se siente. Hacer preguntas abiertas, dar indicaciones verbales y reformular lo que escuchamos son maneras en que podemos ayudar a que la conversación avance y mostrar empatía hacia el otro. Cuando hayamos hecho esto, notaremos que nuestras propias respuestas son más conscientes, compasivas y, quizás, hacen sentir mejor a los dos.

Por último, compartimos algunas indicaciones para desarrollar la escucha con atención plena:

  • Recuerda eliminar las distracciones físicas: silenciar el teléfono, apagar el televisor…
  • Entabla conversaciones cuando puedas estar presente por completo. Está bien decirle a alguien que no tienes tiempo para concentrarte o pedirle hablar cuando puedas prestar atención plenamente.
  • Ten paciencia: deja que la otra persona termine de expresar su pensamiento antes de responder.
  • Escucha con empatía: trata de entender el punto de vista del otro, incluso aunque no lo compartas.
  • Reformula lo que escuchas y repítelo. Esto ayudará a la otra persona a abrirse aún más en relación con sus sentimientos y pensamientos.