El diálogo interno es esa conversación que mantenemos con nosotros mismos, es todo lo que me digo y la forma en la que me lo digo. Esa charla cotidiana que se tiene con uno mismo puede fortalecer algunas áreas como ayudarnos a manejar mejor el estrés, regular el estado de ánimo o ayudarnos a ser más resolutivos. Pero, por el contrario, el habla negativa puede llevarnos a estados muy perjudiciales y a debilitarnos mucho.

Somos lo que nos decimos a nosotros mismos y, en algunas ocasiones, llevamos toda la vida conviviendo con una voz interna que se alza de manera muy negativa, convirtiéndonos en nuestro peor enemigo y tejiendo nuestro propio autoboicot. Seguro que os suenan frases como:

“¿Cómo he sido capaz de hacer esta tontería?”

“Que torpe soy”

“Yo no voy a intentar eso, soy inútil en ese ámbito”

“Ya he vuelto a fallar, siempre me equivoco en lo mismo”

“Nunca seré capaz de conseguirlo porque yo no soy tan inteligente”

Cambiar ese discurso interno no es tarea fácil cuando llevamos mucho tiempo haciéndolo, pero es necesario trabajarlo porque un diálogo interno negativo hace que seamos más vulnerables a trastornos como la ansiedad o la depresión.

Es necesario que tomemos conciencia de una cosa. Nuestro diálogo interno puede afectar de manera directa a nuestra salud, tanto física como mental/psicológica. Debemos ser capaces de cambiar este discurso tan nocivo para nosotros mismos.

Un recurso sencillo para comenzar a cambiar nuestro diálogo interno es comenzar a dirigirnos a nosotros mismos en segunda persona en lugar de utilizar la primera persona. De esta forma estaremos asumiendo un papel externo, como el de un amigo que desea lo mejor para nosotros. Un ejemplo podría ser el siguiente: “entiendo que estés enfadado, pero recuerda que tienes recursos para hablar con tu familia de forma tranquila. Ya lo has hecho en otras ocasiones, confía en ti. Inténtalo”.

Cambiar ese discurso interno limitante es un proceso que lleva tiempo y que puede ser complicado al principio, pero si nos comprometemos con nosotros mismos, veremos cambios poco a poco.

Para concluir, os dejamos 3 pasos sencillos para cambiar el diálogo interno:

  1. Incrementa tu consciencia sobre tu diálogo interno
  2. Si hay un diálogo interno negativo, tomate tiempo para analizarlo y desafiarlo.
  3. Sustituye conscientemente ese pensamiento con sugerencias positivas.