El acoso escolar, más conocido como bullying, es un hostigamiento permanente de una o más personas hacia un estudiante, donde por lo general se producen agresiones tanto de carácter verbal como físicas, y sin haber una causa para que ocurran estos hechos.Por desgracia, este tipo de maltrato escolar ha aumentado mucho en los últimos años. Muchos niños y jóvenes son víctimas de estas situaciones que pueden tener consecuencias graves si no son detectadas a tiempo, llegando incluso a poner en riesgo sus vidas.

Es muy importante brindar a nuestros niños de herramientas para la vida que es permitan enfrentarse a estas situaciones. Fortalecer su personalidad mediante una educación en valores como la autoestima, la sinceridad, la amistad, la empatía…

Además, el acoso escolar tiene un impacto directo sobre los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA). El bullying puede contribuir a forjar una baja autoestima y una mala visión de la imagen corporal, ambos factores de riesgo reconocidos para los TCA. La forma más común de burla es la relacionada con la apariencia física, tal como comentarios negativos sobre el peso, características faciales, indumentaria… Estas críticas relacionadas con el aspecto físico pueden incrementar la insatisfacción corporal y contribuir a desarrollar conductas alimentarias no saludables y patológicas.

Además, la introducción de las redes sociales ha ampliado el panorama del acoso escolar al llamado ciberacoso o ciberbullying, que es esa intimidación por medio de tecnologías digitales. Puede ocurrir en las redes sociales, en plataformas de mensajería instantánea, juegos virtuales…

Sentirse objeto de burla o de acoso puede impedir que la víctima hable con franqueza o trate de resolver el problema. Es muy importante aunar esfuerzos y profundizar en esta problemática tan común en la actualidad.